Disponiendo de un local con una planta de 314 m2, y una estructura dividida mediante tabiques creando tres salas que albergaban zona privada, zona de comedor y zona de cafetería, desde nuestro estudio se planteó un proyecto con una distribución diáfana y totalmente abierta. Rompiendo así con todas las divisiones existentes en el local anterior. Y así poder disfrutar de las espectaculares vistas al mar desde cualquier rincón del local.

Con un estilo sútilmente marinero recreamos un local para disfrutar de todos los sentidos, desde la vista, el gusto y el olor. Este estilo lo podemos ver reflejado en pequeños detalles como el alicatado de escamas de las columnas, algunas lámparas, los colores y texturas que se emplearon, el propio nombre del local, etc.

Dinamizamos y separamos las distintas zonas del local mediante las diferentes alturas en mobiliario, iluminación y alguna división acristalada, rompiendo con la sensación de profundidad del local y convirtiendo esa distribución en una distribución acogedora y cómoda.

Instalamos materiales que nos aportasen calidez y movimiento, con líneas actuales. Respondiendo a las peticiones de nuestros clientes se creó un nuevo concepto de local que rompiera totalmente con la forma de trabajar que tenían y así conseguimos proyectar un espacio en donde poder compartir o disfrutar de un ambiente diferente, espacioso, luminoso y agradable.